‘Smell training’: ¿se puede entrenar el olfato después del Covid-19?

entrenar el olfato

Fuente: EL MUNDO

Fecha de publicación: 09/05/2021

 

¿Se puede entrenar el olfato?

Gran parte de los contagiados por coronavirus siguen sin recuperar el olfato meses después de haber superado la infección. El entrenamiento olfatorio puede ser la solución y ya hay muchos sanitarios que lo aprueban.

En torno al 80 % de los pacientes con COVID-19 sufre algún tipo de pérdida del olfato como resultado de la infección. ¿Por qué dejamos de oler y perdemos el gusto, aunque no «tengamos mocos»? Resolver este misterio de la ciencia ha tenido ocupados a un buen número de investigadores a lo largo de estos meses. La sorpresa ha sido descubrir que, en realidad, se trata de un problema neurológico.

El olfato o cómo un calcetín sudado se cuela en nuestro cerebro.

Algo tan aparentemente sencillo (e incluso feo) como nuestra nariz esconde en su interior todo un sofisticado sistema de procesamiento de la información. La aventura comienza en la parte superior del tabique nasal, en una zona de unos 8-10 cm2 llamada neuroepitelio olfatorio. Se trata de un centro de conexión donde aguardan expectantes las neuronas sensoriales olfativas.

Ante un estímulo oloroso, como por ejemplo acercar la nariz a un calcetín sudado, las neuronas sensoriales olfativas envían el mensaje por impulsos nerviosos hasta el bulbo olfatorio. El bulbo es el centro de control, una suerte de procesador que codifica la información y la envía al cerebro. Es en ese momento cuando la persona percibe el olor al calcetín.

COVID-19, anosmia y «Las chicas del cable»

Los científicos todavía están investigando los mecanismos por los que el coronavirus afecta el sistema olfativo, pero, por explicarlo de una manera sencilla, parece ser que una proteína del virus podría «pegarse» al techo de las fosas nasales provocando inflamación en el neuroepitelio y dañando las células olfatorias. Todo apunta a que las vías neuronales desde la nariz hasta el cerebro se interrumpen y el sistema «se cae». Sería como si un operador telefónico de la década de los 50 no fuera capaz de conectar los cables correctos. Se trata, como adelantábamos, de una cuestión neurológica no relacionada con la congestión nasal.

¿Cuánto tiempo dura la pérdida de olfato?

La mayoría de las personas recupera el olfato espontáneamente durante las primeras semanas ya que las neuronas olfativas tienen la capacidad de regenerase. Sin embargo, hay un grupo significativo de personas en las que la anosmia persiste pasados más de dos meses. Es en este tipo de pacientes en los que se valora si llevar a cabo una terapia de recuperación mediante entrenamiento olfativo o smell training.

 

El smell training no ha nacido con el COVID-19

Aunque poco conocida, esta terapia ya se proponía anteriormente para algunas personas que sufrían hiposmia (cuando la pérdida de olfato no es total) debido por ejemplo a traumatismos. La hiposmia también puede ser signo precoz de enfermedades neurodegenerativas, tanto de alzhéimer como de párkinson. Aunque se estima que hasta ahora podría haber afectado a un 5 % de la población mundial, al ser muchas las posibles causas y existir cierto componente subjetivo, en ocasiones no se le ha prestado atención suficiente y se ha «sufrido en silencio». El coronavirus está ayudando a dar visibilidad a este problema.

 

¿En qué consiste el smell training?

El entrenamiento consiste en ofrecer al paciente cuatro tipos diferentes fragancias que están bastante estandarizadas porque pertenecen a distintas familias de olores (florales, frutales, resinosos, especiados…). El paciente debe oler cada fragancia durante unos 20-30 segundos varias veces al día durante doce semanas mientras va registrando sus impresiones en un cuaderno. Pasado este tiempo, se evalúa la evolución. Para obtener más información sobre el entrenamiento olfatorio, desde el NHS (Servicio Nacional de Salud de Reino Unido) se proponen plataformas como AbScent o Quinto Sentido.

¿Existe evidencia científica suficiente para el smell training?

Lo cierto es que, a lo largo de estos meses de pandemia, aún no se han publicado suficientes estudios sólidos que evalúen la eficacia del entrenamiento olfativo entre las personas que han superado la COVID-19. Sin embargo, sí que existen estudios previos que han demostrado que el entrenamiento olfativo puede ayudar a las personas que han perdido parte o la totalidad de sus sentidos del olfato a causa de otras enfermedades víricas. Por este motivo, y dado que se trata de una terapia que en principio no presenta graves efectos secundarios, actualmente hay profesionales sanitarios que lo consideran una buena opción para aquellos que, hoy en día, siguen sin saber cómo huele un calcetín. Que, por otro lado, también tiene sus ventajas.

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